miércoles, 17 de diciembre de 2008

Las tres puntas del triángulo (Capítulo Final)

Mi mente estaba difusa y me dolía la cabeza, aparte de tener al menos dos chichones... Mi cara olía a una mezcla de orín y desinfectante con esencia de limón... Vamos, lo que se dice un buen despertar.

La muy guarra tenía un cómplice... ¿El forense que le ayudó a pasar el cadaver de su asesinado marido como un simple infarto?, ¿El administrador sevillano...? ¿Algún otro al que había convencido con sus malas artes y sus buenas carnes...?... Muchas preguntas y yo lo único que tenía era una mente nublada, cefalea y una mala hostia del copón...

Me incorporé mientras miraba el reloj. Habría pasado una hora desde el incidente. Quizás tendría suerte y los pillaría antes de que cogieran el avión. Cuando me puse de pie, quizás por hacerlo muy rápido o por las leches recibidas, perdí el equilibrio momentaneamente. Salí dando tumbos del servicio de señoras para encontrarme a una asistenta de la limpieza (asi las llaman ahora) mirándome con cara de asco. "¡Lo que faltaba!", pensé para mí "Encima de ser apaleado que se crean que soy un pervertido, vaya un díita."

Cogí el móvil sin hacer caso a los improperios que me gritaba la señora que buscaba con su mocho hacerme mas chichones y puse distancia entre nosotros. No era mi día de suerte, acababa de despegar el avión y se dirigía rumbo a Zurich como debiera hacer. Se había librado... O no... Fuí a una cabina del aeropuerto. Volví a llamar a la empresa y puse la voz con el mayor acento árabe que pudiera hacer.

"Li habla Al-famir El fayah, himos puesto una bomba en su avion SA264 con distino Zurich." pese a la solemnidad del acto y el marrón que me podía caer, tuve que contener mi risa y estuve a punto de decir "¿Está Guzman el bueno?....Qui si asome..." como en el viejo chiste de Arévalo.

Y esperé que con el acojone general del terrorismo en el mundo ordenaran bajar al avión...

Pero ya lo dije, no fué una buena semana. Lo bajaron... , en París. Pese a que me puse en contacto con el comisario y me dispuse a pedir una apoyo logístico, no me dejó hablar una sola palabra. Solo me mandó a tomar por saco y me colgó. Me fuí a casa y terminé el día entretenido con betadine y gasas.

Cuando me desperté por la mañana y me dirigía al kiosko a comprar el Marca, mis ojos se posaron en un diario esos de noticias no deportivas y en su portada ponía : "Amenaza terrorista causa conmoción en el Charles de Gaulle" "¡Que raro!" pensé para mí "Yo creía que habían aterrizado en París". En las páginas interiores ademas de enterarme de que ese era el nombre de aeropuerto de la capital francesa, ví una foto en la que los pasajeros increpaban a una azafata y... no me lo podía creer... Salía la maldita viuda y a su lado (Y estuve tentado de llamar a Iker Jiménez) estaba su difunto marido de cuerpo presente. Eso me hizo atar cabos y el porque de que no se hallaba al administrador ni al forense...

Entonces es cuando una semana de mierda se hizo buena.

Os pensaréis... Con esos datos, consiguió hacer una orden de extradicción y capturan a los asesinos. Pues no, esos malditos estarán en Brasil viviendo la vida loca e hinchandose a Caipirinha.

Entonces , pensareís, resolví habilmente el caso y así mi jefe y mis superiores se dieron cuenta de mis aptitudes y tuve un ascenso... Pues no, ¿Para qué? Esos malditos estaran descubriendo ahora el cadaver del administrador en el ataúd de Jaume Clavell.

Y entonces ¿Que hice? Pues lo más inteligente... Vendí la historia a la prensa y me gané un dinero que me permitió cenar en restaurantes buenos y vivir como me merezco...

Eso si, soy un informante anónimo y sigo trabajando en la policía...

1 comentario:

Nicasia dijo...

Dios que requete bueno el final, aunque quizás un poco brusco (eso o es que yo siempre me quedo con ganas de mas por eso de furor literino que sufro en silencio) lo dicho a ver si movemos un poco esto que tiene potencial