jueves, 24 de julio de 2008

Las tres puntas del triángulo (Capítulo 3)

La situación requería una recopilación de información. Tres tipos de distintos sitios hacen un pacto para llevarselo calentito. Y ese dinero se envía a una cuenta en Suiza. Uno muere, de muerte "natural", otro de un "robo y homicidio" y el tercero estaba sentado frente a mí. El que manejaba la cuenta pero sólo para hacer ingresos estaba desaparecido. Y yo, capullo de mí había firmado no se que papel que, vete a saber lo que me comprometía. Sherlock Holmes hubiera hecho un ingenioso simil con animales y cazadores.Pero como yo no era el violinista fumeta ese, en mi mente solo había una frase. "¡VAYA MARRÓN!"

Llegados a este punto sólo había una cosa que podía hacer... Hablar con mi jefe.

Le dije al contable que me esperara un segundo y me dirigí con paso firme al despacho del comisario.

Tras una puesta en situación en la que oí algunos insultos y menciones a mis familiares difuntos. Parecía que se había calmado y se balanceaba en su sillon de cuero. Fruncio los labios gruesos y movío de un lado a otro ese bigote de morsa que hacía que su redonda cara parecíera salida de un cuadro de Botero.

-Osea, Rebollo...- rompió a decir- Que has firmado un compromiso con el departamento a un malversador...

-Es un delito de espionaje industrial- intenté corregirle.

-ME IMPORTA UNA MIERDA LO QUE SEA...-dijo el comisario, dando un golpe en la mesa, una grapadora saltó al suelo enmoquetado- Lo que has hecho ha sido una gilipollez, ¡Con razón dice Marisa que eres un calzonazos! Bueno y que carajo vas a hacer , porque te recuerdo que el caso está cerrado.

-Pero señor...- cuanto odiaba llamarle señor- La historia tiene lógica y deberíamos hacer una investigación de la anterior muerte. Hacer un levantamiento del cadaver...

-Un levantamiento.... ¡Un levantamiento del cadaver dice!. Si Marisa tiene razón , tu solo has tenido un levantamiento en toda tu vida, asi que no me toques mas las pelotas... Tu has firmado la protección policial y la investigación , asi que protégele e investiga tú. El departamento no puede perder a personal profesional en estas estupideces...

-¿Entonces no sigo el caso...?

-He dicho que no nos podemos permitir ceder personal profesional. A un capullo como tú se lo daría hasta al servicio de limpieza si me lo pidiera. Asi que, hala a currar... Y olvídate de ese levantamiento...

Cogí la grapadora, salté por encima de la mesa y le grapé la lengua hasta que no quedaron grapas en el aparato. Bueno en realidad, quise hacer eso. Pero hubiera perdido mi trabajo, asi que me di la vuelta cerré la puerta y me cabree yo solo mas que un mono.

Volví a mi mesa con un gran cabreo y unas ganas terribles de matar a mi jefe. En ella seguía el señor de cara ratuna aferrado al contrato por mi alma.

-Bueno, señor Ekain. Nos haremos cargo de la investigación y la protección de su persona la llevaré yo personalmente...

La sonrisa extraña de este hombre que me hacía poner el vello de punta volvió blanquear su rostro grisáceo.

Le dije que esperara allí mismo mientras segúia informándome sobre el caso, a lo que respondió que si podía irse al hotel donde estaba. Le dije que sí. Que me personaría allí en unas dos horas y que no abriera la puerta a nadie. Lo que me hizo preguntarme..."¿me pagarían las horas extras?"

En los archivos policiales no había nada de relevancia sobre el administrador. Juan Gómez Martín-Figueroa , 63 años. Viudo, sin hijos. Importante administrador de la capital andaluza. No tenía ni una triste multa de aparcamiento y parecía un tipo modélico. En la información del colegio de administradores de sevilla me dieron un teléfono. Llamé y no obtuve respuesta. Apunté ese teléfono en mi libreta y pensé en seguir llamando mas tarde.

Ahora había que investigar al tal Jaume... ¿Como carajo se apellidaba?. Miré en internet en noticias y tras unos largos tres cuartos de hora dí con la noticia en el Heraldo de Aragón online. Jaume Clavell Arnau 25 años, muerto por paro cardiáco en su casa. ¿Paro cardiáco con 25 tacos? Iría cargado de eso que se meten los yupis... Le llamaban el Niño de las finanzas, y por lo visto era como un Bill Gates de Badalona, un chico con una carrera brillante y un futuro prometedor. Ví una foto suya en internet. De muerte natural era jodido, porque tenía un cuerpo de atleta y una mujer despanpanante. ¡Joder! Unos tanto y otros tampoco. La verdad es que no se decía mucho de quien había hecho la autopsia ni nada de eso, como era lógico, esa información no sale en los periódicos.

Bueno, el tiempo que prometí a mi protegido se había acabado y me tenía que dirigir al hotel. Cogí el metro y tras unos pocos minutos me encontraba en la puerta del hotel. Mostré mi identificación a la recepcionista y pedí la habitación. Llamé para ver como estaba y avisar que iba para allá. Pero, algo pasaba... no cogía el telefono. Me pareció raro y le pregunté a la recepcionista si le había visto salir. Ella me confirmó que no había entregado la llave electrónica y que no le había visto. Esto no me gustaba nada.

Mientras subía nervioso en el ascensor, aferraba mi pistola sin sacarla dentro de la funda sobaquera... No me gustaban los enfrentamientos físicos. Prefería el análisis y el trabajo mental.

Me dirigí a toda prisa a la habitación 614 del Hotel, y , colocándome con la espalda contra la pared, llamé ligeramente a la puerta. No hubo respuesta.

Sin pensarlo dos veces, cogí impulso y me lanzé contra ella.

¡Que duras estan hechas las puertas de los hoteles!. Casi pierdo el hombro y salí rebotado contra la pared contraria cayendo sobre mi culo a la vez que sacaba la pistola como si quisiera evitar el ridículo a tiros.

De repente la puerta se abrió lentamente y alzé mi pistola cerrando el ojo izquierdo...

La cabeza acecinada de Ekain salió timidamente.

-¿¿Que ha sido eso??-dijo mirando a un lado y otro desorientado.

Me relaje , eso si con un cabreo monumental y enfunde la pistola en su sitio mientras me incorporaba con dificultad.

-¿Porque carajo no ha contestado cuando llamé?-Le dije con la voz sensiblemente afectada por la ira.

El hombre alzo las cejas y me dijo:

-Usted me dijo que no abriera a nadie...

Me cagaba en toda su familia, pero el tipo tenía razón. Se lo había dicho.

-Bien hecho, señor.. Erabi,...Erak... Bien hecho.

Entré en su habitación con el culo, el hombro y el ego magullados

miércoles, 23 de julio de 2008

Las tres puntas del triangulo (capítulo 2)

El hombre gris que tenía frente a mí se llamaba Ekain Erabitiazaga Goikoetxea. Como habrás intuido, avispado lector, era vasco. Y se dedicaba al mismo trabajo del finado, era asesor comercial y financiero de una importante empresa de material de oficina. "Bueno", pensé yo, "Trabajando en el mismo sector es normal que se conocieran". No podía estar mas equivocado.

-Bueno , estoy esperando a que me cuente el porqué está tan seguro de que ha sido un asesinato- dije con un poco de desgana.

-Esto.. es un poco dificil. Antes de darle ninguna información debería solicitar de ustedes una compensación.-dijo titubeando mientras miraba a ambos lados como si hubiera salido de presidio.

Hice lo posible por no reirme.

-¿Económica?- pregunté alzando mis cejas como el logotipo de una conocida marca de comida rápida- No se si sabe usted el poco dinero que posee una modesta comisaria como esta como...

-No, no , no . Está usted malinterpretando mi demanda- interrumpió el tal Ekain- mi compensación sería no ser objeto de posterior proceso legal en lo que le voy a contar y ademas quisiera protección personal.

Debo decir, que no podía contestar de una forma coherente y rápida a eso.

-Esto... bueno pues preguntaré a mis superiores - me levanté y me dirigí al despacho del comisario no si antes decir- Por favor, espere un segundito aquí.

Había algo en ese tipo que me decía que lo que tenía que revelar era algo muy importante y que no era más que la punta del iceberg. Me dirigí al despacho del comisario y respiré hondo antes de abrir la puerta. Odiaba y odio a ese maldito con toda mi alma. No sólo porque me había robado a mi mujer y me lo recordaba cuantas veces podía, sino es que es de ese tipo de personas que harían gritar de rabia a la mismísima Teresa de Jesús.

La verdad no tenía ganas de abrir la puerta y oir a ese capullo. Así que esperé un momento y regresé a mi mesa. En ella sentado e intranquilo me esperaba mi acecinado testigo, que había abierto su maletín y había desperdigado unos papeles sobre mi mesa.

-Hola de nuevo- le dije- Dice el comisario que nos cuente un poco de que va el tema y entonces trataremos de cumplir sus exigencias... ¿Que son estos papeles?

El hombre me miró por encima de las gafas y sonrió ,con una sonrisa que solo había visto en los comics de Mortadelo y Filemón.

-Por supuesto, me hago cargo. Por eso he dispuesto estos pequeños compromisos de confidencialidad en los que se relatan mis exigencias.- Sus dedos se movían ágiles en esas páginas como los salmones por el río. - Aquí, en el apartado 6.a se puede leer que si mi información no ayuda a la resolución del caso se podría romper este contrato unilateralmente, eso si garantizando mi inmunidad procesal en lo referente a los cargos aceptados por mi persona...

Que hubiera dicho esas frases sin respirar ya me había mareado lo suficiente.

-¿Como? , ¿Que cargos?... ¿De que vá todo esto?.

Sus ojos afilados de ratón apuntaban a mis retinas como francotiradores , mientras mantenía la sonrisa de oreja a oreja más inquietante que había tenido el placer de tener frente a mí.

-Firme en las X y se lo contaré todo , todo.

Por un momento, pensé en ir al comisario y pedir su autorización. Pero total, me iba a mandar a freir pimientos o algo por el estilo. Asi, que firmé. Como un Fausto de Ciudad real cualquiera firmé. Y la verdad es que entonces no sabía los problemas que me acarrearían esa firma.

Mientras firmaba, la sonrisa de ese tal Ekain se abría más y más. Por un momento creí que iban a saltar sus comisuras como un elástico roto. Cuando terminé, la actitud de ese tal Ekain era mas relajada.

-Ya está. ¿Y ahora que me va a contar?- le dije con un poco de cansancio y el principio de una tendinitis en la muñeca.

Guardó ávidamente estos papeles en su portafolios.

-Para empezar le diré que este no ha sido el primer asesinato. Sabrá , como supongo, que hace unos 15 días murió en Barcelona un importante consejero comercial de la mas grande empresa de material de oficinas del mundo. Encontraron su cadaver en su casa. Habñia muerto de un paro cardiáco.-hizo una pausa como para esperar a que le cortara como en la series de televisión en las que los policías lo saben todo. Siempre me he preguntado porque los tipos de CSI, no se presentaban a un concurso televisivo de esos de se más que tú, se hinchaban a ganar pasta y se retiraban de una vida de meter trozos de cadaveres en bolsitas de plástico. Pero estoy divagando de nuevo.

-Yo... -titubee- Es que a mí si me saca del Marca..

Noté una mirada reprobatoria en el tipo pero siguió con su tema.

-Bueno... Ese hombre, el cadaver que encontraron ayer y yo teníamos algo en común...

-¿Que trabajan en el mismo sector...?-contesté como en un concurso de precio de televisión.

-No.. Bueno sí. Pero eso es anecdótico. Los tres pertenecíamos a una sociedad... El triangulo.

La solemnidad con la que lo dije me produjo de nuevo una necesidad de reir, pero me la calmé.

-¿Y eso que es? ¿Una sociedad secreta, de esas en las que se saludan con gestos extraños y se reunen en una mansión llevando un gorro raro?

-Le ruego que no se ría. Fué... mas bien una idea para jugar con la economía...

-¿Como?. No le sigo..

-Todo empezó hace 7 años, nos encontramos en un simposium sobre economía empática en Viena. Allí surgió una idea. Cada uno eramos de una ciudad distinta de España. Yo tengo 62 años , Emilio 32 y Jaume 25. Ni estudiamos en la misma facultad, ni teníamos nada en común. Solo un poco de... ambición.

Suspiró lentamente y prosiguió

- Decidimos emplearnos cada uno en una empresa de un sector concreto. Dos en las mas importantes, tenemos muy buena reputación en nuestro trabajo y el tercero en una modesta. ¿Me sigué ahora?

Entonces , si había entendido todo aquello, vaya una panda de cabrones inteligentes.

-Espionaje industrial, pero eso esta penado...

-Pero en eso que usted ha firmado dice que no abriran ningun proceso por mi denuncia y ayuda a resolver este doble asesinato.

-¿Doble?. Pero si usted dice que el otro murió de causas naturales.

-Pero hay algo raro, cuando Emilio y yo nos enteramos movimos algunos hilos para enterarnos de la causa. El cadaver se había enterrado rápido y el médico que certificó su muerte había dejado su cargo y desaparecido del mapa.

-¡Que buena persona que es usted! Como se preocupa por sus socios- mi voz no podía ser mas falsa.

La sonrisa del vasco se abrió como la cola de un pavo real de nuevo.

-Si.. Lo ha entendido usted. El dinero que hemos estado recibiendo en negro por la información privilegiada no está con nosotros. Se halla en una caja de seguridad suiza que solo se puede abrir con 3 llaves. Es por eso que creo que van a por mi llave. Y exijo su protección.

-¿Porque no paga protección privada? Usted tendrá sus ahorillos.

-No me fió de la protección privada. No son mas que mercenarios y los que se mueven por dinero pueden ser sobornados. Por eso prefiero la policía nacional.

Él había insultado a un sector profesional y, si le respondía honestamente , yo insultaría a otro. Asi que preferí dejarlo así.

-Bueno.. Y aparte de usted. Quienes estaban al tanto de todo esto.

-Solo una persona, Juan Gómez Martín-Figueroa , un abogado de Sevilla, que gestionaba nuestros envíos a suiza y servía de enlace entre nosotros.

-Osea que la información la envíaban a ese abogado y él lo redistribuía.

-No... Eso sería muy peligroso. Lo hacíamos por internet.

-¿Por email?

-No, eso es perseguible. Creamos una página de contacto de chicas de acompañamiento. Que tambien nos reportaba un ingreso extra. Con un nombre relativo al triángulo

-¿Le triange?¿ o el triángulo rojo o algo así, con clase no?

-Pues no. Se llama Triángulo de Pelos.

Despues de eso hubo un palpable silencio.

jueves, 17 de julio de 2008

Las tres puntas del triángulo (Capitulo 1)

Hola, me llamo Jose Rebollo y soy detective de la policía madrileña. No soy como un tio de esos cachas con tableta de chocolate de las pelis americanas, mas bien soy como el que se comió las tabletas de chocolate. Soy un poco propenso a la alopecia, tengo 38 años y mi vida no es divertida.

Soy socio del atletico de madrid desde los 8 años y , puedo decir que nunca he dudado de mis colores. Pero.. De mi mujer si. Bueno, mi ex-mujer. Se casó con el comisario jefe de mi departamento y se quedo con la casa y con el perro. Y de paso se llevó una parte de buena de mi dinero. De lo que ella llamaba "nuestros ahorros". Pese a que mi jefe, su actual marido , gane como tres veces mas que yo.

Nací en Tomelloso y he tenido que soportar el hecho de nacer en el Lepe de la Mancha. Y en mi trabajo me dieron un apodo por mi forma de trabajar. No... No es nada como el "aguila de la ley" ni "batallador" ni nada de eso. Me llaman el "Cabezón", a veces el "pesao" y muchas veces el "pejiguera". Pero es que como decía mi madre, "Cuando hagas algo , hazlo bien o no lo hagas..."

Se que hay mas de tres millones de habitantes en madrid , pero sólo hay unos 5000 agentes, si pensamos en el número de delitos cometidos por hora, es normal que no puedas dedicarle mucho tiempo a cada uno. Pero yo si. No tengo otra cosa que hacer y me gusta hacer bien las cosas..

Bueno, esto es mas o menos, quien soy.. Ahora os contaré el porque de que me dirija a vosotros.

Esta semana ha sido una mierda, pero una mierda gorda. Pensad en todo lo que os he dicho de mi vida, si yo he considerado a esta semana como una mierda.. Ya es mucho decir..

Os la contaré, no cómo fué... si no como ocurrió.. Y luego llegaréis conmigo al como fué.

Como presentación de una historia de detectives que se precie esto debería empezar con un asesinato en una habitación cerrada, o un hombre ahorcado con un curioso charco de agua bajo sus pies, o algo sumamente misterioso. Pero, esto es la realidad, y la realidad no suele ser tan creativa, o.. bueno.. Al menos, esto no empezó así.

Eran las 9 de la mañana cuando me personé en la casa que tenía en las afueras la víctima. Emilio Sanchez Peroa de 26 años. El asesino había reventado el cristal que daba al jardin del chalet. Y luego con un rifle de postas había llenado de muestras para la policía científica todas las paredes, reventando de un tiro la cabeza del dueño de la casa. Y luego había revuelto toda la casa, robando dos cuadros con un valor alto en el mercado.

Cuando llegué, Arsenio Lupiañez, un compañero estaba tomando datos mientras la científica hacía su trabajo.

-Robo y homicidio. Vaya forma de empezar la mañana... ¿Eh?- me dijo

-Asesinato a secas diría yo. Pero , si .. yo prefiero picatostes y chocolate caliente.- respondí

-¿Asesinato?... El motivo esta claro, era el robo, es un simple homicidio...

-Si... suena lógico ¿Verdad?... Pero.. ¿Porque se han llevado los cuadros? y no todos los cuadros, sólo los caros. No cuadra, un ladrón que es tan fino y profesional como para usar un rifle de postas y hacer esta fiesta de carnicería y roba dos cuadros caros... ¿Quien lo ha robado? ¿El ladrón amante del arte?... Es más... ¿Tiene que poner la casa patas arriba para robar dos cuadros que estaban colgados en la pared?... ¿Estaba buscando un destornillador o un martillo para descolgarlo...?

-Piensas demasiado, Rebollo...

-Quizás...

Deje a mi avispado colega hacer el que , a mi pesar , sería el informe oficial y me adentre en la casa con mucho tiento para no "contaminar el escenario" como dicen en las series de television. Y entonces me di cuenta de algo. Todo estaba patas arriba pero en el despacho había un monton de archivadores, perfectamente ordenados y que habían sobrevivido a la debacle. La cogí con mis guantes de cirujano puestos, y me di cuenta de que uno, estaba vacío. El que correspondía al mes de Octubre de este año. Curioso , o ilógico, ya que estabamos sólo en agosto. Miré el de septiembre y si estaba lleno, numeros y debes y haberes y demás cosas contables... Con lo que averigué la profesión del cadaver.

Ayudé a elaborar el informe, en el que detallé mis ideas, y que seguramente se convertirían en una pajarita, un barco o incluso una grulla. Lo que sea por joderme. Maldito Comisario Quintanilla. Se estaba beneficiando a mi mujer y no contento con eso, tambien quería joderme a mí. A todas horas.. Nunca tendría un ascenso ni nada por el estilo. Pero eso me daba igual. Me gustaba mi trabajo.

Esa noche no pude dormir pensando en las incongruencias de ese caso. Pero al día siguiente se me comunicó que había sido cerrado . Robo y homicidio. !Que mamones!. Empecé a estudiar a la víctima. Por lo visto era contable en una empresa pequeña de material de oficina, pero era muy respetado, ya que en el último año esa empresa había doblado sus beneficios. ¿Quien se beneficiaba con su muerte?...¿Los ecologistas?... Porque un maldito chupatintas muerto no daría nada a las empresas rivales... El cómo era dificil. Pero el porqué era imposible.

De repente una cara se asomó sobre el ordenador de mi mesa. Era Lupiañez.

-Tu.. "Pesao", deja el caso. Ya está cerrado...

-Si, si lo se. Es que me aburro y no entiendo lo de los sudokus... Asi que mientras no tenga nada que hacer me entretendré...

-Joder, Rebollo. Buscate un hobby...

"Lo tengo" pensé "Se llama hacer bien mi trabajo"...

-Por cierto , hay un tipo que quiere hablar con el que esta a cargo del caso Sanchez Peroa, le he dicho que esta cerrado, pero insiste en que hay algo importante que tiene que contarnos. Como estás aburrido atiendele tú. Que esta gente con tal de salir en un periódico...

Era cierto, siempre que un caso sale en la prensa hay doscientas personas que afirman tener información relevante . Gente chalada que te cuentan que son los aliens.Otros, en cambio, que confiesan el crimen, por vete tu a saber que causas. De esos hay miles al día. Y siempre me tocan a mí...

Frente a mí tenía a un hombre enjuto, de cara cecina y rasgos de roedor. Sobre su nariz angulosa se aposentaban unas gafas pequeñas y redondas. Parecía nervioso y miro a su alrededor antes de aceptar mi invitación a sentarse. Su traje se quedó pasado de moda en los años 40 y tenía un fuerte olor a naftalina, y traía un portafolíos de cuero marron que aferraba como a su propia vida contra su pecho.

-Bueno.. ¿En que puedo ayudarle?...-dije con el tono mas neutral que pude, aunque mi idea original había sido "¿Que tripa se le ha roto?"

El hombre ajustó nervioso las gafas que querían lanzarse por el tobogan que formaba el arco de su nariz y me dijo , como si fuera una revelación.

-Han asesinado al señor Emilio y no ha sido por un robo.

Eso atrajo un poco mi atención.

-Y yo se porque ha sido...-dijo con sus ojos acristalados clavados en los míos.

Bueno, al menos iba a ser mas entretenido que buscar numeros en cuadrados como el maldito invento japones ese que ponen en los periódicos. ¿Que habrá sido de las sopas de letras?...Perdon que me pierdo...

-Bueno, pues cuenteme la razón por la que murió-le dije

Y la historia que me contó fué poco más que increible.

El barco sigue viajando

Bueno, este es mi primer relato corto en este blog. Se que sois pocos los que me leeis y la mayoría coaccionados.. (:P) pero os agradezco que me acompañeis en este viaje a mis sueños. Sueños tristes y sueños alegres. Pero eso si, sueños distintos. Seguiré escribiendo para bien o para mal. Gracias...

Susurros de Muerte (Capítulo Final)

El momento mareaba a Jorge, todo le daba un vértigo incalculable. Su mejor amigo había matado al muchacho. Pero él no era el asesino. Solo era otra víctima más. Podía haber sido mentira. Todo una mentira. No sonaba lógico, pero algo en esa inocencia, en esa aceptación que tuvo de los golpes, en esa vacuidad.. Algo en todo eso, algo... le hacía confiar en la historia que había escuchado...

-Fernando... Era inocente... Y ... ¿Que es eso de matarme...? ¿Que ocurre?...

Fernando que seguía apuntándole con la pistola, sonrió y dejo caer una mirada de odio puro sobre Jorge.

-Jorge.... Jorge... Siempre has sido un capullo. Quieres ganar tiempo. ¿Crees que la policía va a venir?, ya vinieron por un aviso de disparos que no fué. ¿De verdad crees que volverán...?

En realidad , ni siquiera había contemplado esa posibilidad. Solo quería la verdad.

-Además, tu has visto muchas películas... No voy a contarte nada, no voy a perder el tiempo. Apretaré el gatillo sin más y lloraré en tu entierro. La verdad... es que esto te va doler más que a mí..

Fernando alzó la mano y tensó los músculos.

-Me lo debes... -dijo Jorge con voz tajante

La cara de Fernando se desfiguró, y su pobladas cejas negras formaros dos curvas de odio sobre sus ojos claros.

-¿Te lo debo?... ¿¿¡Que te lo debo!?? ¿A ti , cabrón?.. A ti no te debo nada.

La realidad de Jorge parecía deshacerse como un castillo arena cuando sube la marea.

-Somos amigos, desde chicos, desde siempre. Nos criamos uno en frente del otro... Juntos...

Por un momento, Fernando paso su mano izquierda por la cara y cerro sus dedos sobre la barbilla.

-... Lo fuimos.. Hasta que , cuando teníamos 12. Eloisa vino a vivir a la casa contigua.

Jorge, estaba perplejo. Eloisa..

-Y de dos pasamos a tres. Siempre juntos, siempre jugando y riendo... Si, recuerdo esas risas...

La voz de Fernando estaba quebrada, y señalaba con su pistola al muchacho que todavía estaba medio sentando sobre el suelo, poblado de libros, sangre y maderas.

-Pero tu... tu... tuviste que prometerte con ella. E incluso estabas a punto de casarte con ella.. Con MI Eloisa...

Jorge no podía creer lo que estaba escuchando.

-Pero... Tu tienes a Susana... Llevas con ella.. ¿Cuanto...? ¿Ocho años?- preguntó con voz titubeante

-Diez..- replicó Fernando- Pero una cosa es mi esposa y otra es... Eloisa...

-Eloisa... no, no puede ser... ¿Tu y ella?...-La ira se apoderó de él de nuevo.

Hizo el ademán de levantarse, pero Fernando dió un paso al frente con la amenaza silenciosa de disparar y frenó su movimiento en seco.

-Si, durante el tiempo en el que estabas en París, Ella quería que abandonara a Susana, pero ya estaba embarazada y no podía dejarla. Asi que ella me dejó. Y llegaste tu, como un puto Caballero andante, con tus estudios y tus cosas. Y la embaucaste, no me devolvía las llamadas y no me quería ver.

El resto se podía preveer llegado a este punto, pero Jorge se negaba a creerlo. Él había ido al funeral y había encabezado la investigación de su asesinato...

-Una noche me contó que te habías declarado, y os ibais a casar. Quería que quedaramos como amigos. Amigos... No podíamos quedar como amigos. Ella era mía... Y o era mía o de nadie.

Eso fué mas de lo que Jorge podía soportar, se levantó como loco gritando y trató de abalanzarse contra el policía. Pero el otro había recibido instrucción de combate y le fué fácil repeler el ataque golpeando con la mano izquierda la nariz del muchacho, lanzandole de nuevo al sitio del que había venido.

-Idiota, siempre has sido un idiota. Podías haber matado a este capullo, cargar con las culpas y evitarme este problema que tengo ahora. Pero bueno, siempre habéis podido luchar por la pistola que me robaste y morir ambos... Ya con mas detenimiento, veré lo que hago...

Jorge tenía la vista borrosa por las lágrimas y le manaba sangre por la nariz. Trató de limpiarla con su mano y miró con odio al que había creido su amigo.

-Pero,¿ porque ahora?

-Porque un capullo de asuntos internos me la tiene jurada porque cree que cobró extorsión en algunas tiendas. Es cierto, pero que coño le importa. El sueldo de la policía es bajo. E intenta levantar antiguas heridas, quise zanjar el asunto y creé este plan. Debías haber venido, cargarte al capullo y la policía te habría detenido por una "anónima" llamada de aviso. Pero bueno, eso ya no tiene que ver... Ya me has hecho perder el tiempo, que he quedado para cenar con Susana, hoy es nuestro aniversario.

Levantó el arma y sonó un disparo. Pero el que salió despedido fué Fernando. De su cabeza manaba sangre y se desplomó como un peso muerto sobre la mesa.

Jorge estaba aturdido y miró a su alrededor. En el suelo, Daniel, sujetaba la pistola que había dejado caer y miraba con rabia. De sus labios caía un hilillo de sangre.

Trató de incorporarse y acercarse a ayudarlo. Con la mayor velocidad buscó el móvil en su bolsillo...

-No,.. no lo hagas- dijo Daniel con dificultad- Me voy a morir,.. lo sé.

-No, no digas eso- contestó Jorge mientras se apresuraba por marcar el número de emergencias- te vas a poner bien.

-No, vi mi propia sombra en tu espalda cuando hablabamos.coff coff- Tosío sin apenas fuerza y un borbotón de sangre se extendió sobre su barbilla- mi suerte esta echada.

-Emergencias, si, estoy en la calle...-dijo apresuradamente Jorge a la operadora pero la mano de Daniel le apretó la manga de la camisa y tiró hacia el, impidiéndole continuar la llamada.

-Debes saber dos cosas... Escucha.. D.. Deja eso-La mirada de Daniel estaba pérdida y no se fijaba en absoluto en el otro muchacho.- La primera,... solo hay sombras de las personas cercanas... asi, q.. coff coff- mas sangre brotó de su boca, que Jorge apresuró en secar. Pero ,con un movimiento del cuello ,el chico moribundo trató de evitarlo- asi que.. has sido la única persona que... que.. me ha considerado amigo...

Jorge trato de hablar con el móvil de nuevo mientras la mano del muchacho jalaba de su manga y lo evitaba.
-Y la segunda... Esa chica tenía la mirada mas dulce a una persona que he visto en mi vida... Por eso... Por eso..te hablé....

Dicho eso, la sala se sumió en un silencio terrible, no había sonido o si lo había no era importante de oir. Con los ojos, que le hicieron sufrir tanto, abiertos de par en par el muchacho había parado su frase y la sangre se extendía , ya sin control a su alrededor...

Jorge, se quedó parado, exhausto. Un amigo que había perdido por un motivo de celos había muerto y un amigo recien encontrado tambien. Colgó el teléfono y miró sin ganas a la puerta. Esperando que volviera a sonar el timbre y la policía le detuviera. Pero no fué así.

En silencio, con la tristeza de perder a un amigo , pero la tranquilidad de que el asesino de su Eloisa había pagado con sangre su afrenta, se quedó quieto y triste durante un largo tiempo...

Es terrible lo que el odio y los celos pueden hacer en la vida de un inocente. Un pobre inocente que solo quería una pizza.

miércoles, 16 de julio de 2008

Susurros de Muerte (capítulo 3)

Daniel se quitó la caja de congelados embadurnada de una mezcla de sangre y agua y la dejó en el fregadero. Cuando volvió a la silla, Jorge no pudo evitar mirar a su ojo, una bolsa de carne flácida caía sobre él e impedía que se viera ni siquiera el blanco. Por un momento se sintió bastante culpable, en su mente, trató de sacudir esos pensamientos... Era un asesino. Como para afianzar ese pensamiento agarró con mas fuerza la pistola y le apuntó mientras decía:

-Venga cuenta esa historia.

El ojo menos dañado de Daniel parecía un poco desenfocado, por un segundo parpadeó varias veces y devolvió la mirada al hombre que tenía frente a sí.

-¿Por donde iba?

-Tenías ocho años y robaste en una gasolinera...

-¡No! -por un momento pareció irritado- no lo robe. Simplemente huí de la señora, la señora que miraba con cara pálida y triste. Todo fué un malentendido.

-¿No dijiste que era un hombre?- "Está mintiendo y no cordina su mentira.. trata de salvar su vida" pensó Jorge.

-El hombre que estaba allí tenía una mujer a su espalda. No era mujer... era mas bien la sombra de una mujer...

-¿La sombra..?

-Eso me dijeron mis padres y el encargado cuando lo dije. Incluso el hombre se acercó a ver que pasaba. Cuando describí a la mujer, la cara del hombre se volvió blanca. Nos contó que esa descripción se parecía mucho a la de su madre y que precisamente estaba de viaje porque iba a ir a visitarla. Dijeron que eso sería un casualidad y todo quedó en una regañina. Ahora ya sé lo que le pasó a la pobre señora.

-No lo entiendo...

-Yo tampoco lo entendía en ese punto. Pero no quiero adelantarme. Al principio era solo una o dos personas. Pero todo funcionaba como cuando uno se mete en una cueva. Primero todo es penumbra, pero con el tiempo los ojos se adaptan a la escasez de luz y ya se perfilan las cosas. Pues así funcionó conmigo, al principio eran una o dos caras y luego eran tantas que todos creían que era retraido. No levantaba la cabeza del suelo. A veces no era solo una figura, si no que dos o tres o más se arremolineaban como una nube de humo negro alrededor de las personas. Su rostros tenían muchas expresiones, ira, amor, pena. Pero quizá esta última era la más normal.

Por un momento un escalofrío recorrió la espalda de Jorge, no le creía o... ¿si?... Era muy raro o era un actor consumado o la historia era cierta. Pero era muy extraño...

-¿Pero que demonios eran esas sombras... y que tienen que ver conmigo?

-A eso voy... Lo descubrí una mañana, volvía a casa, como siempre, mirando el suelo. En la portería de mi piso, la señora Francisca limpiaba con un mocho, como siempre. Llevaba una semana viendo una sombra de un joven tras ella. Pero ese día no había sombra. Eso me hizo detener el paso y mirarla fijamente. Cuando miré su rostro, estaba rojo y surcado por lágrimas. En silencio nos intercambiamos miradas y ella, no podía articular palabra. Solo lloraba. Desde atrás una figura se interpuso entre nosotros. Era la vecina de enfrente a mi piso. "Señora Francisca, me acabo de enterar... Lo siento". La señora rompió en un llanto desconsolado y dijo "Mi pobre Emilio, solo tenía 19 añitos... ¿Porque?..." La señora le abrazó. Y yo eché a correr escaleras arriba. Lo había sospechado, el aire taciturno, mortecino de esas sombras... No eran simples imagenes, eran promesas de muerte...

-¿Quieres decir...?- interrumpió Jorge- ¿Que todo esto fué por...?

Los hombros de Daniel se tensaron como si , de repente, su cuerpo pesara el doble. Alzó la cara y le dijo muy lentamente.

-¿Que recuerdas de mí?

Todo daba vueltas... Por un segundo todo el castillo de lo que sabía se estaba tambaleando. Esa noche, claro que recordaba esa noche...

Aunque él había estudiado un master de Arquitectura en París, no era mas que un joven. Asi que tuvo que aceptar un trabajo de comercial para una empresa de construcción. Salía de un pequeño bar... Posiblemente en esta zona. Cuando se cruzó con un muchacho. El mismo muchacho que tenía frente a sí. El chico se quedó parado mirándo por encima de su hombro y luego le miró directamente y le susurró.

-Te va a doler, se que te va a doler. Pero ella te quiere, el amor más puro que he visto nunca. No te preocupes. Ella estará bien...

Por supuesto no dió mucha importancia a este incidente hasta que , dos noches más tarde, hallaron a Eloisa con un disparo... no podía... no quería recordar un disparo en el pecho y las ropas desgarradas..

De sus ojos brotaron lagrimas, sin pedirlas, sin necesitarlas. Sin más. Dejó la pistola sobre la mesa y puso sus manos en su cara... De alguna forma sabía que algo había pasado, y que lo que decía ese chico era cierto. No parecía un asesino. No podía serlo...

De repente, se dió cuenta que había dejado la pistola sobre la mesa, podría quitarsela y levantó la mano a cogerla lo más rápido que pudo. Pero Daniel no había hecho ademán de quitarle la pistola. Tan solo le miraba serio y con la cara pálida..

-Te ayudaré- dijo

-¿Como?- contestó Jorge perplejo- ¿Porque ....? Te he pegado , te he intentado matar y quieres ayudarme... No tiene sentido.

-Nada de lo que me ha ocurrido en mi vida tiene sentido. No te he contado lo que pasó hace 5 años.

-¿Hace 5 años?...¿Que tiene que ver eso?...

-Yo he sido el objeto de tu odio por mi ... mi... mi condena. Pero no has sido el único que me ha odiado tanto, y no pude hacer nada por él. Sigue apuntándome con la pistola si quieres , pero te ayudaré igualmente. Debo... Se que debo.

-¿Que pasó hace 5 años...?- preguntó Jorge

-Hace cinco años, vi la cara de mi madre tras la espalda de mi padre.

La imagen heló la sangre es las venas del muchacho que tenía la pistola. Y vió como una lágrima furtiva salió de la cara hipertérrita de Daniel.

-Se lo conté a mi padre. Él nunca me había creido. Me dijo que lo hacía para hacerme notar. Pero todo cambió cuando una semana más tarde mi madre murió en un accidente de tráfico.

Se dió un pausa, por la que la voz ya no le brotaba con la suficiente fuerza y las gotas de dolor surcaban su accidentado rostro.

-Y desde entonces, mi padre no hacía mas que dos cosas, beber y pegarme. Mi vida fué un infierno desde entonces , pero nada en comparación con lo que debió sufrir él.

De repente volvió a sonar el móvil. El corazón no podría soportar más interrupciones. Debíamos descansar. Jorge levantó el móvil para apagarlo pero en la pantalla volvía a poner Fernando.

Cansinamente, lo cogió.

-Fernando... No es el momento.. te llamo luego - dijo un poco cansado de todo. Este día habia sido como una montaña rusa.

-Jorge, ¿Sigues en la casa de ese chico?

-Si... ¿Porque?

-¿Lo has hecho...?

-No.-titubeó- Me parece que era una pista falsa. Debieramos buscar en otro sitio.

-Y ,él... ¿que opina?

-No sé... mañana te llamo...- solo quería colgar y enterarse un poco de todo , tomar aire y respirar..

-Creo que deberíamos vernos.

Se oyó un click que indicaba que había colgado. Y al siguiente segundo sonó el timbre de la casa. Desde el otro lado se escuchó la voz de Fernando.

-Joooorge, abre la puerta.

Daniel le miró y solo atinó a hacer un pequeño movimiento con los hombros. Ambos se dirigieron a la puerta. Mientras el propio Jorge puso la mano en el pomo.

La abrió y vió un Fernando enfurecido. Sus ojos rabiaban odio.Y de repente el tiempo pareció activarse a una velocidad más rapida de lo normal, como si todo hubiera caido por un barranco y las cosas fueran fugaces e inalcancables.Con un movimiento rápido,Fernando propinó una patada en el pecho a su amigo y lo tiró al suelo. Con otro ágil paso, cerro la puerta tras de sí y antes de que el aturdido muchacho pudiera levantarse, sacó una pistola de la chaqueta y disparó en el pecho a Daniel, que salió despedido contra la pared y cayendo como un títere sobre el suelo.

Jorge no podía moverse, la situación le había pillado de improviso. Hizo el ademán de apuntar con la suya, pero recibió una segunda patada que se la arrebató de las manos y se encontró encañonado por su amigo.

-¿Ves? No era tan dificil... Se le pega un tiro y se le mata. Ahora lo has complicado todo. Tendré que matarte.

lunes, 14 de julio de 2008

Sombras de muerte (capítulo 2)

La situación rayaba en el absurdo. Sin saber que hacer, mordía una pizza mientras miraba de reojo al motivo de este sinsentido. El tal Daniel estaba en el suelo en un charco de sangre, incosciente. Dos o tres veces había puesto la pistola contra la sien del muy cabrón pero no había tenido el valor de apretar el gatillo. No era su condición, quizás antes en plena ebullición de su ira lo hubiera hecho, pero la marea de esa rabia había vuelto atrás como una ola en la orilla.

Golpeó con la pierna al tal Daniel unas cuantas veces hasta que un leve movimiento de su cabeza le indicó que volvía en sí. Sujetó la pizza que estaba mordisqueando en una mano y cogió de nuevo la pistola que había dejado sobre la mesa.

De entre un mar de libros, maderas rotas y sangre se yerguía muy lentamente el chico que ya no estaba desmayado.

-Sigues vivo solo porque quiero saber el porqué de tu atrocidad antes de matarte- mintió- pero tu ya no estas en este mundo- para dentro pensaba que no podía engañar a nadie con esa dureza de gangster de telenovela.

El chico estaba muy desorientado para contestar, con la mirada perdida y una celeridad muy reducida, se arrastró a la pared y buscó en esta el apoyo que no le podían dar su hombros y espalda magullados.

Tras un largo silencio en el que intentaba ubicarse y recopilar lo ocurrido de su garganta solo salieron unas palabras.

-P..pero quien eres... ¿Como te llamas?

La pregunta irritó al hombre que portaba la pistola y la levantó por instinto. La rabia volvía a acumularse en su cabeza como un río que aumenta su caudal.

-Jorge. Asi me llamo-dijo con voz pausada y tratando controlar su ira como el jinete inexperto que trata que coger las bridas por primera vez- Y Eloisa, era la chica a quien arrebataste la vida. Y te juro...

La frase quedó inacabada porque un golpe seco llamó a la puerta y acto seguido volvió a sonar el timbre.

Ambos, se quedaron perplejos, la sala que se iluminaba por una débil luz de lampara parecía haber suplido con silencio los huecos que llenaba la oscuridad.

-Daniel Ramirez Matas.... Le habla la policía... Abra por favor...

Un escalofrío recorrió la espalda de Jorge. La policía. No había plan. Solo ira. No había reparado en la posibilidad de que los golpes y gritos hubieran alarmado a los vecinos y alguien hubiera llamado a las fuerzas de seguridad. Pero no había tiempo para ello. Sin dejar de apuntar a Daniel se levantó lentamente de la silla en la que había estado comiendo, intentando no hacer ruido. Con la mano que tenía libre tras haber dejado la pizza sobre la mesa le hizo la señal de no hablar a su enemigo. Balanceó ligeramente la pistola hacia la puerta indicándole que le abriera a la policía. Mientras, se dirigía con cautela hacia un lado de la puerta para que al abrirla pudiera esconderse allí.

Sonó de nuevo unos golpes repetidos en la puerta e involuntariamente dió un respingo.

-¿Está bien...? -gritó una voz tras la puerta- ¿que hacemos , tiramos la puerta abajo?- preguntó una segunda voz.

El miedo se apoderó de Jorge y por un segundo pensó en dispararle y entregarse. Pero Daniel se levantó pesadamente y se dirigió a la puerta.

- Y..yaa vaa-dijo en voz alta con dificultad.

La puerta se abrió y Jorge se apresuró a esconderse en el hueco sin dejar de esgrimir la pistola.

En el pasillo, Dos policias uniformados abrieron sus ojos al ver al muchacho abrir la puerta en tal estado.

-Un vecino ha llamado porque ha escuchado golpes y... ¡Santo Dios! tiene usted la cara destrozada.

-N.. no es nada- contestó rápido Daniel- intentaba alcanzar una cosa del armario y se me cayó encima con la mala suerte que se partió una de las baldas sobre mi cara. Estaba preparándome para ir al hospital.

Mientras decía esto señalaba tras de sí al armario tirado, pero sus manos sujetaban el dintel y la puerta sin dejar opción a los policías para que pasaran.

-¿Podemos pasar?, es que la llamada ha dicho que tambien se había oido disparos.

Tras la puerta la espina dorsal de Jorge se vió recorrida por un relampago de miedo... "¡Disparos!.. pero si el no había abierto fuego..." pensó...

-No, lo siento. No quiero hacerles perder el tiempo y además tengo que ir a un hospital.

-Podríamos llevarle si quisiera...

-No se preocupe. He llamado un taxi. Me alegro de que la policia sea tan eficiente y nos proteja a los ciudadanos de a pie. Pero tengo que mandar mi reseña al periódico en el que trabajo antes de que cierren la edición e ir al médico. Le diré a mi redactor que deberían hacer un reportaje del maravilloso trabajo que hace las autoridades de la ciudad.- la voz del muchacho sonaba convincente y parecía haber tratado situaciones así en el pasado.

Lo que si era cierto es que tras la mención al periódico la actitud de los agentes había cambiado. Ambos intercambiaron miradas y se despidieron amablemente diciendo que fuera al hospital lo mas pronto posible, Daniel les despidió , le dió las gracias y cerró la puerta.

Jorge reposaba nervioso sobre la pared cercana a la puerta, su pistola ya no apuntaba al muchacho. El miedo le había hecho olvidar lo que anhelaba. En su mente sólo retumbaba lo que había dicho el agente. "¿Disparos....?"

Tras cerrar la puerta el demacrado muchacho se dirigió lentamente a la nevera como si nada hubiera pasado.

Al ver ese movimiento, el otro escapó de sus pensamientos y esgrimió la pistola de nuevo diciendo en voz baja, como si pensara que la policía se había quedado esperando al otro lado de la puerta.

-¿Dddonde vas?... No hagas ninguna tontería.

Cuando llegó al dintel que abría hueco a la cocina vió como el chico ponía un paquete de merluza congeladas sobre el ojo derecho que lo tenía tan inflado que apenas se veía el iris y la rojez que lo rodeaba. Se giró, de forma de que ambos se miraban a la cara. Uno, pistola en mano con una expresión mas de desconcierto que de ira y el otro con una caja de congelados en el ojo y una expresión temiblemente tranquila.

-No se quien es tu eloisa... Si tienes una foto te diré si es verdad que tengo que ver algo con ella o si te equivocas.

Dicho esto se sento en una pequeña silla que había en la cocina.

Jorge estuvo a punto de replicar pero la frase del policía resonaba en su cabeza como las campanadas de medianoche. Con la disabilidad de un diestro,sacó con la mano izquierda su cartera, la abrió y lanzó su foto sobre la mesa.

El muchacho cogió la imagen y se la acercó al ojo que tenía mejor. Su pupila se dilato y, de repente, lo recordó todo y entendió al momento lo que allí ocurría.

-Dispárame...

-¿Como?.. -Jorge estaba tan aturdido que no sabía que hacer

-Sé quien es ella, sé porqué estas aquí y la verdad... la verdad es algo que no vas a aceptar.
Yo no maté a tu chica pero no vas a creer lo que te voy a contar. Asi que mejor mátame. Desde los ocho años sabía que esto ocurriría.

Jorge estaba aturdido y la sombra de la ira se posó de nuevo sobre sus ojos cegándole instantaneamente.

-¡Déjate de mierdas de película barata china y dime que coño pasó....! -gritó desde lo mas profundo de su alma.

-Va a ser una historia larga...-dijo Daniel mirándole con el ojo bueno sin dejar de apretar los congelados, que ya dejaban caer gotas mezcladas de agua y sangre seca sobre el suelo.

Mientras se sentaba en una silla contigua apretando la empuñadura con rabia, señaló de nuevo con la pistola al muchacho.

-Empieza...

La mirada del chico apaleado se perdió en el horizonte y suspiró profundamente.

-Tenía 8 años-comenzó- y mis padres me llevaron de vacaciones de verano a la costa. En el camino , paramos en un área de servicio para repostar. Y yo salí a la tienda a comprar caramelos con el dinero que mi padre me había dado. Y entonces la ví.. La primera vez fué terrible, me asusté y sali corriendo con los caramelos todavía en la mano... El encargado llamó a mis padres, quienes pensaron que había tratado de robar y me ríñieron. Pero mis ojos sólo estaban sobre ella, que me miraba tras la espalda de un señor que estaba en la cola para pagar.

-¿El que ?... ¿Quien?..

-Una sombra... la primera que había visto. Era una mujer mayor....

-¿Una sombra...?

No pudo terminar la pregunta. De nuevo otro sonido interrumpió la escena. Ambos interlocutores dieron un pequeño salto. El sonido era una melodía.

Jorge sacó un móvil del bolsillo, brillaba, temblaba y lanzaba una melodía al aire. Por un momento, la reacción de su dueño fue tirarlo o apagarlo pero... En el cristal del movil había un nombre.. Eduardo.

Jorge presionó el botón con prisa y , al darse cuenta, que se estaba relajando levantó su arma apuntando al muchacho de nuevo.

-¿ Siii? -preguntó con voz temblorosa

-Hola, soy yo. Eduardo-contestó una voz grave y fuerte.

-Eduardo...¿Porque me llamas?

-Nada... estaba en la zona y quería saber que tal te había ido ¿Lo has hecho?

-No, no he podido... no es tan fácil.

-...- se produjo un silencio al otro lado de la línea- No pasa nada, es normal. ¿Quieres que quedemos y lo hablamos...?

-No... ahora estoy muy aturdido para hablar... ¿Te importa si te llamo mañana...?

-No, en absoluto.. Perfecto... Oye Jorge. No te comas la cabeza, es normal. Lo habría hecho yo mismo, pero estoy en una situación delicada . Y si me echaran del cuerpo. ¿Que sería de Susana y los gemelos...? ... No te agobio más.. Mañana te llamo.

Escuchó un pitido de abrir un coche con un mando remoto, pero lo curioso es que lo escuchó a traves del móvil y también desde la ventana...

Eduardo estaba ahí abajo, habría visto su coche y sabría que estaba mintiéndole. Algo no iba bien. Su cara perdió color y por un momento un sudor frío recorrió su frente.

-¿Sigues ahí?- se escuchó desde el otro lado del teléfono.

-Ss. Si... Te llamo mañana...

-Okis.. Adios...

Un click acabó con la comunicación y dejó a Jorge en una intranquilidad inabarcable...

Daniel había percibido esa intranquilidad.

-¿Quien era?...

El rostro de Jorge volvió a adquirir rasgos fuertes y dedicó una mirada fría al muchacho de nuevo..

-No importa... Sigue contando...

martes, 8 de julio de 2008

Sombras de muerte (capitulo 1)

Las luces de la ciudad se volvían jirones de luz sin forma que el coche dejaba atrás. En su mente solo había dos palabras, dos palabras que palpitaban con fuerza , "Le encontré". Dos años había durado su agonía. Dos años en los que su vida se había ido pudriendo a la par que su corazón. En el pasado había sido un hombre con un trabajo, una novia y una vida. Y en una sola noche todo se vino abajo...
En su cadera notaba el frío del acero. Nunca había llevado una pistola. Eduardo le había dicho que para asegurase lo mejor era poner la pistola directamente en el cuerpo antes de disparar. Por un momento no se vió capaz de hacerlo, pero ese era el que había destrozado su mundo. Las ordenes del gps y los movimientos en la carretera eran cosas secundarias, su corazón solo palpitaba ira. El coche dió un último giro y lo aparcó cerca de la puerta de la casa. Mientras subía la escalera, sus músculos se tensaban. El momento que había esperado durante tanto tiempo estaba frente a él. Se paró frente a la puerta. Ya no tenía trabajo, su familia no le hablaba, sus amigos le rehuían, y ella. Ella ya no estaba. Y el cabrón que se la arrebató estaba tras la puerta. Su dedo se posó tembloroso sobre el timbre y lo apretó.



La vida era una mierda, vivir en un cuarto de 20 metros cuadrados, donde apilaba cajas de pizzas vacias y latas de refresco. De vez en cuando se escapaba de noche a la tienda de 24 horas de la esquina, pero muy tarde en la ,madrugada. Hacía casi 2 años que no se cruzaba con ninguna persona. No quería volver a verles.
Muchas veces había pensado en arrancarse los ojos. Pero no tenía coraje. El dinero de la venta de la casa de sus padres empezaba a escasear y el trabajo en el periódico no reportaba mucho dinero. Redactar horóscopos, era irónico. Su casa estaba vacía, como su vida. Desde la muerte de su madre, su padre le había pegado día tras día. A veces eran golpes leves, pero otras veces eran palizas que le hacían caer inconsciente. Su oido izquierdo, estaba dañado y apenas oía nada. Pero desde su muerte, estaba solo. El ser humano era muy extraño, llegó a odiarle en muchas ocasiones, pero ahora le echaba tanto de menos.
El sonido del timbre le hizo salir de sus pensamientos. ¿La pizza? Normalmente tardaban media hora, y habría llamado hace unos 15 minutos... Bueno, comer relaja...
Se acercó a la puerta , y fué a recoger el sobre de la mesa para meterlo por debajo de la puerta, como siempre.
Pero sonó el timbre de nuevo. Que raro, Carlos nunca llamaba dos veces... Con miedo acercó su ojo a la mirilla , pero la visión estaba obstruida...
-¿Hola...?
El timbre sonó de nuevo y se sobresaltó.
Abrió timidamente la puerta y miró por la leve apertura, frente a él había un muchacho alto, con barba de varios días y mirada perdida.
Vió su cuerpo tensarse y propinar una patada a la puerta, que se abrió de par en par , lanzándolo al suelo.





Tardaba en abrirse la puerta.Había llamado varias veces. Incluso había colocado la pistola en el agujero de la mirilla, como en las películas, perono disparó porque podría haber fallado. En cuanto vió que abrió un poco la puerta, descubrió que era su momento. Sin pensarlo dos veces, empujó la puerta con el pie y se abalanzó sobre el desorientado asesino. Su cuerpo se movía solo. El primer golpe en la cara, dibujó una linea de sangre por el suelo, pero tras este, cayeron muchos más. Uno tras otro caían los puños, y con cada ataque lanzaba un insulto. Tras unos cuantos golpes, se dió cuenta que todavía tenía la pistola en la mano y podía dispararse con los movimientos. Se levantó guardando la pistola en su cadera, dejando al maldito objeto de su odio con la cara ensangrentada y jadeando sobre el suelo. Se dirigió a la puerta y la cerró.


Había perdido uno o dos dientes y la boca le sabía a hierro. La visión estaba borrosa, y sabía que cualquier otro hubiera ya caido inconsciente, pero las repetidas palizas de su padre le habían hecho bastante resistente. Trató de darse la vuelta e incorporarse. Gateaba con dificultad sin apenas ver lo que había frente así, el único oido que le quedaba pitaba ensordecedoramente. Su mano agarró algo e hizo el ademán de apoyarse en ello para alzarse.



En cuanto cerró la puerta y se aseguró que no había ruido en el pasillo, volvió su mirada hacia él. Todavía no había terminado,su agonía tenía que igualar al pecado. El muy ruín se había movido un poco e intentaba levantarse apoyandose en una estantería. Se movió rápido y le tiró la estantería encima. Pesadamente un estruendo llenó la sala. Bajo el amasijo de libros y maderos rotos, se oyó un quejido quedo. Agarró una de las piernas y lo saco de allí.

-Mirame a la cara, pedazo de cabrón, ¿Sabes quien soy?

La mirada del muchacho estaba desenfocada y su rostro manaba sangre desde varios puntos...

-N..no.....no lo sé...

Esa respuesta le llenó aun más de odio si cabe. Encima de todo no se acordaba de él ni de ella. Sin dar tiempo para mas volvió a golpearle, una y otra vez. Y así estuvo un largo rato hasta que le sangraban los nudillos y la cara del muchacho estaba tan demacrada que apenas se reconocía como humana.

El timbre volvió a sonar y su puño se quedo parado en el aire mientras que sus ojos miraban la puerta.

-L....la pizza.....sobre.... en.... en la mesa.... debajo de... debajo de la puerta.- dijo el muchacho mientras escupía un diente

La situación era absurda pero no podía permitirse destrozar ese momento ahora, llevaba 2 años esperando a este momento. Le dejó tirado y se dirigió a la mesa. Sobre ésta había un sobre en el que ponía Carlos. Lo llevó a la puerta y se giró. Desde el suelo el muchacho con la cara demacrada hizo el ademan de deslizar algo por el suelo...
Asi lo hizo, puso el sobre bajo la puerta y lo deslizó. Notó como alguien lo cogía y oyó el ruido de dejar algo sobre el felpudo.

-Buen provecho Daniel... Y gracias.... - sonó desde el otro lado de la puerta.

En el suelo , mientras luchaba por respirar y con una voz tan débil que apenas se escuchó, Daniel contestó:

-A ti....Car....los...

Esto era cansino. El hombre sacó la pistola de su cadera y se sentó pesadamente sobre una silla de la mesa. Sus brazos y nudillos le dolían... Y empezó a llorar, todo esto le desboradab. Él no era así... odiaba la violencia. Ese cabrón, ese tal Daniel le había cambiado. Eloisa, ojala estuvieras aquí....

El muchacho sanguinoliente tumbado en el suelo, noto como la negrura le envolvía y perdió la consciencia...

Empezamos

Desde chico, siempre he mantenido mi mente llena de historias. Pero se me hacía díficil mantenerlas dentro por mucho tiempo. Asi que, al tiempo, morían. Pesonajes , historias, moralejas, todas asesinadas por mi dejadez. Asi que me parece una buena idea dejar escritas estas historias, no por alimentar a mi obeso egocentrismo sino por evitar que esas ideas mueran.

No creais, aquellos que leais esto (si los hay), que el nombre es por un homenaje al grupo de música si no mas bien una opción porque no podía poner una eñe en el nombre. Ya que todas mis historias son "hijas de los sueños" como quise llamar a esto desde un principio. Pero no puedo poner sueño asi que me decanté por susurros de morfeo. Ya que todas estas historias suelen nacer en un sueño. Mis sueños deberían venir con palomitas... Asi que sientate, lee y espero que difrutes...